jueves, marzo 29, 2007
¿Se imaginan una vida de película?
Para seguir con el tema tenemos otras opciones. Seguramente si te encontraras en medio de una guerra, o una batalla, las balas no te tocarían ni te rozarían. Con tan solo una pistolita le das a 20 tipos, y todos los que están a tu alrededor no logran ni siquiera rasguñarte. A lo sumo, y en el peor de los casos, te dan en un brazo, que por supuesto, casi ni duele. O si estas peleando con tres personas que tienen una navaja (ni hablemos de sables o espadas) no te preocupes, porque mientras le pegas al que tenes en la derecha, el de la izquierda espera su turno para atacar. Las bombas no son problema, los segundos se harán minutos y vas a poder llegar a la salida, sin quemarte a pesar de estar a un metro del edificio.
En cuanto al amor, es largo el asunto pero buenísimo, porque por más difíciles que se te pongan las cosas, vas a encontrar una salida. En el caso de que te arrepientas y quieras ir a buscar a tu novia/amante al aeropuerto antes que se vaya, tenes dos opciones. Una, la más sencilla y barata, te tomas un taxi y llegas cuando la muchacha en cuestión se esta subiendo al avión. La abrazas y la besas (mientras suena Coldplay the scientist de fondo). Y la otra es que podes comprar un pasaje a último momento, ya que seguro conseguís para el mismo vuelo en un asiento junto al de ella. El resto te lo imaginas, la sorprendes adentro y cae enamoradísima a pesar de que le metiste los cuernos con su mejor amiga. Las mujeres quedamos contentísimas.
Como decía, en cuanto al amor hay varias cuestiones. Si decidís hacer un viaje a México porque te va muy mal en la vida (plata siempre hay, en eso no pienses), quedate tranqui. Al llegar a un bar de mala muerte te vas a cruzar con Gael García Bernal, que encima te llevará a recorrer el pueblo. Pero eso no es todo, en cuanto encuentres un momento para contarle que te robaron tu mochila con tu preciado diario, no dudará en decirte “ya vuelvo”. En tan sólo un minuto volverá con un diario nuevo y, para colmo, con un cuarto de helado con los sabores que más te gustan porque siente que te conoce de toda la vida. Soñado.
También podes levantarte una mañana escuchando el sonido de una guitarra eléctrica que proviene de la puerta de tu casa. Al salir te encontrarás con un chico que es el amor de tu vida pero no lo veías hacia un año. El pibe aprendió a tocar la guitarra (a cantar no) porque tu ex era músico y ahora te sorprende con una canción de bon jovi interpretada por él. Recordemos que sólo aprendió a tocar la viola, y por supuesto… caes rendida. Casamiento, blabla.
Pero hay más. Si conoces a una rusa divina pero no cazas ni una del idioma, te haces un curso acelerado y en un año hablas perfectamente un lenguaje que hasta tiene más letras que el castellano. Después te mandas a mudar a Rusia y la sorprendes en un callejón. Te casas con ella, si! No hay mucha variedad en estos temas, y te quedas a vivir en el país de la mina en un conventillo con toda la familia, que de más esta decir que es buena gente pero un poco pesada.
Si te toca ser un looser toda tu adolescencia, no te pongas mal. Durante el secundario, más o menos en el ultimo año, casi en tu graduación (agua y ajo, a aguantarse y a joderse), el chico más lindo se va a enamorar de vos y la rubia, hermosa y popular, se quedará sola. Y en el caso de que seas un pibe nerd, la más popular de toda la escuela será tu futura esposa. Pero la historia no termina acá. Al poco tiempo te darás cuenta que en realidad amas a alguien más y renunciarás a ese chico tan lindo para estar con aquel amigo perdedor de la secundaria que no podías ver como hombre por aspirar a más.
Volviendo a la gente rubia, boba y popular, si lo seguís siendo luego de la escuela, de todos modos te damos la oportunidad de crecer profesionalmente. Harvard no es un limite para vos, sí! lo que escuchas. Te recomiendo que mandes un video en traje de baño a los directivos de dicha institución, comentando lo linda que sos. Posiblemente te permitan el acceso en la universidad porque es necesario demostrar que también en Harvard entra gente corta. No hace falte que aclare que te vas a recibir con honores y miles de ofertas de trabajo.
Si te llega a ir mal, salí a caminar, que por suerte la musicalización va a ponerte a tono con canciones tristes para que pienses en un suicidio que no va a suceder porque a la vuelta de la esquina te vas a encontrar con el amor de tu vida, de nuevo. Amor a primera vista, del que dura para siempre, no del que termina siendo una calentura del momento.
De yapa también tenes la oportunidad de caminar bajo la lluvia y que no te moleste en lo más mínimo, tal vez para acompañar a la angustia. Obvio que estarás a gusto con el agua mojándote los pies, hasta te verás más sexy con el corpiño que se te transluce, el maquillaje que no se te corre, y el resfrió será sólo un recuerdo del pasado.
Situaciones de pareja. La mejor es acostarte con un tipo que al día siguiente te levanta con un desayuno completo. Más tarde te llevará en helicóptero a una isla desierta donde tendrá un placard con ropa nueva para que uses durante el fin de semana.
Mujeres, ni se preocupen por el maquillaje. Cuando termines de tener sexo con un tipo vas a estar peinada y sin el delineador corrido. Ni hablar de levantarte a la mañana con el muchacho todavía al lado tuyo o vos todavía en su casa, y que encima te de un beso sin pedirte que te laves los dientes antes. No más mal aliento.
En cuanto a los conflictos de pareja, tenemos un caso particular para gente casada que se quiere borrar. No lo pienses demasiado, en cuanto quieras rajar del continente con tu nene o nena (por ningún motivo en particular, tal vez una promesa rota) tan solo comprate el pasaje que el permiso del padre para sacar al hijo del país no lo vas a necesitar (ver hooligans).
Otros detalles a tener en cuenta: si haces el café acordate de no llenarlo demasiado ya que tomarás la mitad, o tan sólo un sorbo. Cocinar no va a ser un problema ya que no comerás, tampoco vas a ir al baño. No se preocupen muchachas y muchachos, mágicamente las necesidades básicas dejarán de serlo.
Pero en la ficción no todo es color de rosa. En el caso de que ingreses con un grupo de gente a una mansión bastante vieja y con aspecto tenebroso, lamento decirte que no será fácil la estadía. Van a matar a alguno de tus compañeros y en vez de salir rajando del lugar, como una persona normal, te vas a quedar a investigar qué es lo que sucede allí. Luego de que se mueran todos vas a descubrir que tenias alguna descendencia con algún tipo que era un asesino de niños, que resulta que es el mismísimo fantasma que mató a toda tu gente. Acto seguido, saldrás a salvo, sin secuelas psicológicas, con alguna minita que te ganaste por ser tan valiente. Dejate de joder.
Finalmente, los villanos nunca mueren. Son difícil de ultimar, haciendo honor al dicho “yerba mala nunca muere”. Aunque pensándolo bien, esto último se parece mucho a la realidad.
Por Mariela Lorenzo
Idea: Sólo sucede en las películas por Paola Lorenzo
Colaboración en este número: Agostina Bruno
lunes, marzo 19, 2007
Linda, inteligente, pero pobre... ¿qué hacer con ella?
Claro: ¿qué es preferible: un domingo de paseo en Yate por la costa sanisidrense, andar en moto de agua y posteriormente una cena lujosa y brindar con champagne del caro, al lado de una mina que esta re fuerte pero es una hueca que no entiende ni las películas de Disney; o un domingo con asado en familia, leyendo el clarín, durmiendo una siestita, y comiendo después alguna delicia dulce y casera con una birra o un matecito, acompañado de una mina linda e inteligente?…
El domingo en el yate con champagne caro, moto de agua, y la mina hueca, obvio. (Además, en ese contexto, la mina no es tan hueca. Navegando y tomando Don Perignon, lo que vemos es que la señorita se interesa por otras cosas, tiene una sensibilidad de puta madre, y sin ella, todos esos perritos no tendrían casa o nadie se ocuparía de decirle a las amigas que deben donar a los pobres la colección completa de Ricky Sarkani del invierno pasado, porque este invierno no la van a usar. )
Pero mientras llega la morocha hueca con plata que nos salva para el resto de nuestras vidas, vivamos este encuentro glorioso con las chicas de la clase trabajadora. Encuentros en los que su compañía nos llena el alma y el corazón, con besos y abrazos que a los 20, 25 (y 26) años nos satisfacen y nos hacen sentir “llenos” “completos” siquiera por un instante, y lo mejor, es que estos momentos después quedaran como anécdotas re copadas que podremos contar a nuestros hijos, cuando seamos “grandes” y con 35 años estemos girando el timón del Yate (léase iot) mientras fijamos la vista en el horizonte (y de paso nos acordamos de esa foto tan conocida del che y nos acordamos también, que ya no usamos barba, porque en la empresa de nuestro suegro, queda como el mismísimo orto y no da hacernos el malo, porque este sí que nos pega un shot en el orto sin dudarlo y encima deja de financiarnos el programa de TV por cable que tanto nos gusta hacer. Perdemos como en la guerra)
Por eso, decía, estos momentos gloriosos quedaran como anécdotas de la época en la que éramos tan “progres” que salíamos con chicas pobres y hasta nos enamorábamos un toque de ellas; época en la que mi amigo Schlomo, salía con chicas aunque no fueran de la cole y creía que en serio se iba a casar con alguna de ellas algún día (aunque el papá lo desheredase y lo negase para toda la vida); época en la que mi amigo Juan Manual Ortiz Ocampo soñaba con casarse con la muki morena de ojos claros que se apretaba en el ascensor de su casa de Mar del Plata. Cualquiera.
martes, marzo 13, 2007
Miedo en la Seducción *
Su identidad, por motivos que considero obvios, no voy a revelarla. Estimo que la mayoría de ustedes lo conocen y, de saber quien es, no me creerían que sufría de severos problemas para acercarse a las mujeres. Les aseguro que los tenía.
Era capaz de asesinar a los más fieros adversarios sobre el escenario de un prestigioso teatro o de actuar fogosas relaciones sexuales y apasionados besos delante de las cámaras, pero emanaba miedo por los poros y tenía un gesto atroz de pánico e inseguridad cuando quería (¿quería?) hablarle a una mujer en un bar o en cualquier otro ámbito en donde el acercamiento sea con fines sexuales.
Conocí mucha gente así, pero este caso es excepcional. Un hombre deseado por las mujeres y envidiados por hombres, tomando clases de seducción.
¿Por qué me contrató? ¿Cuál era su problema? Cuando lo miré a los ojos mientras contaba sus fallidos intentos de conquistas lo entendí. Tenía miedo a los cambios de fase; diría que es el temor más común a la hora de seducir, junto con la frase de entrada. El cambio de fase es el momento que se gira el rumbo de la conversación para demostrar los fines, para dejar en claro que las intenciones no son amistosas.
Ese miedo nace por la falta de seguridad en sí mismo. Un hombre que se muestra miedoso e inseguro es altamente rechazado por el sexo femenino. Cuanto más se muestra alguien de ésta forma, más lo rechazan y, cuanto más lo rechazan, más miedo e inseguridad crean en la persona.
Es indiscutible que la falta de acercamiento de un hombre hacia una mujer es por miedo, salvando excepciones. La mujer puede seducir al hombre, al hombre puede gustarle muchísimo la mujer y, así y todo, no hacer nada por estar con ella. Lo que es peor es que las probabilidades y estadísticas indican que este temor es lo que hace que ella pierda el interés (o jamás se genere) por el cobarde.
Hay que saberlo y creerlo: en muchas oportunidades, cuando un hombre está interesado en una mujer no va a hacer lo posible para estar con ella; por contrario, mucho de lo que haga, inconscientemente, lo aleja de ella. Cuando una mujer piensa “tiene miedo de estar conmigo” no está siendo ingenua (está siendo realista generalmente). Si el hombre quiere estar con una mujer no siempre va a intentarlo o demostrarlo y muy probablemente se arme de excusas y quiera que la mujer piense que el está comprometido, que sufrió por amor, que hay una diferencia de edad, religión o cualquier otra estupidez. Es un mecanismo de auto-defensa del miedoso. ¿Cuál es el motivo? La idea de fracasar y la idea de pensar que la mujer que tiene en frente se reirá de él o sentirá asco. El terror al rechazo tragicómicamente es la razón del mismo.
No voy a aprovecharme de este hermoso sitio para hacer publicidad de donde pueden encontrarme los hombres para solucionar estos problemas de temores o las mujeres para discutir este tema con mayor profundidad. Lo que puedo asegurarles es que es un problema lo que aquí estamos planteando y es superable. Hace dos semanas conocí al actor que mencioné anteriormente y esta última semana se cansó de estar con distintas mujeres, por lo general modelos de revistas o actrices de reparto. Cada quien usa las técnicas para lo que las crea convenientes.
Me tomé este tiempo para analizar el punto dos de la nota “No entiendo a las mujeres!! (Dichos maliciosos de una chica distinta, no tan chica, pero bien mujer)”, el más conflictivo y debatible, a pedido de unas niñas que me presentó mi viejo amigo Polo (un saludo para usted viejo compañero), que aprovecho para decir que por culpa de mujeres así los hombres tienen miedo. Son seres increíbles, ¿cómo no temerles aunque sea un poquito?
Dylan
G.D.L.S
*GRACIAS DYLAN
** El subrayado es del editor (porque se me dió la gana)